Hace poco una amiga, bueno la hermana de una muy buena amiga para ser exacta pero que se convirtió en amiga, pasó por Lima y se quedó a dormir en el depa antes de regresarse a Francia. Conversando con ella, llegamos al tema del amor. Ella está esperando que se presente el bueno, the one, y tiene mucha ilusión y expectativa a la vez. Así que me preguntó cómo iba a saber si era el bueno cuando se iba a presentar.
Hay que precisar que tengo un novio desde hace más de año y medio y que si estoy en Perú es por él. Para mí, él es el amor de mi vida, no hay duda y lo hablaré en esta entrada.
Cómo sabes? Es que lo sabes sin preguntártelo, lo sientes porque es así, porque es lo correcto y que no hay dudas ni preguntas al respeto. Es él.
Es él por su inteligencia, es él por su humor, es él por su carácter, es él por su imaginación, es él por su amor a la comida, es él por sus tonterías, es él por sus ojos, es él por sus brazos, es él por su pecho, es él por su potito, es él por sus piernas, es él por su espalda, es él por su pelo. Es él....
Pocos días atrás, él me preguntó: si tuvieras la elección de venir acá tal como viniste, pasarla mal como al principio o no venir nunca, qué harías? Me quedé fría con la pregunta ya que venía después de muchas y contesté "no sé".
Sí, vivimos mal la relación al principio. Yo vine acá para estar con él y antes de estar con él cometí un grave error. Este error tuvo repercusiones directas en nuestra relación y nos jodió todo el principio. En pocas palabras: la cagué. Y eso nos llevó a muchas peleas porque yo no entendía lo que intentaba él, lo que buscaba, lo que necesitaba, me sentía siempre bajo presión, juzgada, acusada, culpable de todo y reaccioné mal, muy mal en varias ocasiones y lo lamento mucho. En fin, me llevó a extremos fuertes, hice y dije cosas de las cuales me arrepiento tremendamente. Sin embargo, logramos pasar esta etapa y felizmente todo nos iba mucho mejor.
Recientemente, hemos viajado a ver a mi familia, el viaje nos consolidó mucho la relación, lo sentí muy cerca de mi familia, me alegró verlo formar parte de ella, estar allá con mis padres, mis hermanas, mis sobrinos. Todo era como un sueño.
Es que él es un sueño. Es el hombre perfecto para mí. Me siento en confianza con él, me siento niña y mujer, me siento fuerte y fragil, me siento amada y deseada, me siento feliz.
Por eso, a la pregunta anterior, mi elección es que volvería y pasaría de nuevo por todo eso. No dejaría pasar el amor de mi vida, no; estaría loca de decir que no vendría nunca. La relación no será perfecta, discutiremos de vez en cuando, renegarás y renegaré (sobre todo yo), no entenderé siempre lo que necesita, pero incondicionalmente le amo y quiero estar con él y hacerle feliz.
Con el tiempo viviendo acá, me he vuelto más jodida, no me conformo tanto, siempre quiero más, lo sé... Y a veces olvido lo bueno y lo básico. Estoy acá por él, y juntos y abrazaditos es como me siento feliz, el resto no tiene importancia. Me tengo que hacer perdonar por ser exigente a veces cuando lo que más necesito, lo que más me hace feliz es verle sonreir y abrazarme.
Estoy acá en Lima por él. A veces es difícil, pero no me arrepiento de mi decisión. Puedo extrañar a mi familia, a mis amigas, mi estandard de vida, mi comida, pero nada tiene tanta fuerza como el amor que le tengo. A veces, llego cansada, desilusionada de mi trabajo, bajoneada, y al momento de abrir la puerta del depa, lo escucho llamarme con voz feliz por mi apodo, y eso, simplemente eso, es suficiente para borar todo lo negativo y hacerme feliz. Me abraza, nos besamos y aunque son las cosas más banales del mundo, es lo más bonito que conozco.
Por eso, por todo eso, sé que es él el amor de mi vida, y nada más me importa en este mundo. Él y su felicidad.
Espero que mi amiga pueda leer esta entrada para intentar entender un poco mejor cómo se sabe que es el amor de tu vida.
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